Empezamos nuestro segundo día, en nuestro viaje de 3 días en Lisboa, visitando el barrio de Belém. Para llegar allí, cogimos el tranvía de la línea 15E.
En Belém, visitamos tres de los lugares más emblemáticos de Lisboa: la Torre de Belém, el Monasterio de los Jerónimos y el Monumento a los Descubrimientos.
La Torre de Belém es uno de los sitios más reconocidos de Lisboa, que en su historia ha funcionado tanto como torre de defensa como faro.
El Monasterio de los Jerónimos, un lugar de gran importancia histórica, es un imprescindible en tu viaje a Lisboa en 3 días. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983 y su arquitectura del siglo XVI fue construida para conmemorar el regreso del explorador Vasco de Gama. En su interior, encontrarás la tumba del navegante. La entrada tiene un coste de 12€.
Cerca del Monasterio de los Jerónimos, encontrarás la famosa fábrica de los Pasteles de Belém. Aunque suele haber largas colas, no te puedes ir de la ciudad sin probar uno de estos pasteles, que consisten en una masa de hojaldre rellena de crema.
Otro punto destacado en esta zona es el Monumento a los Descubrimientos, conocido como Padrão dos Descobrimentos, que tiene la forma de la proa de un barco y rinde homenaje a Enrique el Navegante, una figura clave en los descubrimientos portugueses. Puedes entrar al monumento por aproximadamente 10€, y además de exposiciones temporales, en la parte superior encontrarás un mirador con buenas vistas.
Antes de volver, paseamos junto al río Tajo.
Por la tarde, nos dirigimos al encantador barrio de Alfama y al Castillo de San Jorge.
Alfama es uno de los barrios más antiguos de la ciudad y se caracteriza por sus calles estrechas y fachadas adornadas con azulejos, lo que le otorga un auténtico encanto y una arquitectura tradicional que se conserva a lo largo de los años.
Alfama es uno de los barrios más antiguos de la ciudad
Antes de llegar al castillo, decidimos visitar uno de los miradores más famosos: el Mirador de Santa Lucía. Desde este punto, pudimos tener vistas panorámicas del río Tajo, el puente 25 de Abril y el Castillo de San Jorge. Además, este mirador está decorado con los típicos azulejos portugueses. El tranvía 28 tiene parada justo enfrente del mirador.
Otro mirador destacado en el barrio es el Mirador das Portas do Sol, que ofrece vistas a Alfama y el río.
De camino al Castillo de San Jorge, pasamos nuevamente por la Catedral de Sé y la Casa dos Bicos, dos lugares emblemáticos de la ciudad.
La mejor manera de conocer el barrio de Alfama es perderse por sus callejones. Además, Alfama es conocida como la cuna del fado, la música típica portuguesa, por lo que encontrarás locales que ofrecen actuaciones en vivo de fado.
Nuestra siguiente parada fue el Castillo de San Jorge, un castillo medieval que es uno de los puntos más destacados de cualquier visita a Lisboa en 3 días. El castillo se distingue por sus murallas y patios desde donde se pueden disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad. También puedes visitar el interior del castillo, que alberga una interesante exposición permanente.
El Castillo de San Jorge abre todos los días, a excepción de algunas fechas específicas, y sus horarios varían según la temporada. Durante el verano, abre de 9 de la mañana a 9 de la noche, y en invierno, cierra a las 7 de la tarde. La entrada tiene un coste de 15 euros por persona.
Al salir del castillo, decidimos probar una típica croqueta de bacalao en Casa Portuguesa do Pastel de Bacalhau, conocidas como «pastel de Bacalhau”.
Después de pasear por las calles del centro, regresamos al hotel. Al día siguiente, teníamos una excursión a Sintra para visitar el Palacio da Pena y la Quinta da Regaleira, además de Cabo de Roca y Cascais.
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