Cogimos la excursión a Samaná con Cascada El Limón y Cayo Levantado, también conocida como Isla Bacardí.
El trayecto de Punta Cana a Samaná puede ser largo, sin embargo, nosotros estábamos en Uvero Alto, un poco más cerca que otras zonas de Punta Cana.
Para ir a Samaná, fuimos a Miches para coger un catamarán y llegar más rápido. Tardamos aproximadamente 1 hora en llegar a Miches desde Uvero Alto.
Llegamos a Santa Bárbara de Samaná y desde allí nos esperaban en un vehículo (tipo camión) con varias plazas al aire libre. Había bastantes (éramos muchísima gente) y de allí nos llevaron a la cascada Limón.
La Cascada El Limón es un salto de 55 metros que cae en una piscina natural. El camino para llegar a la Cascada Limón era en caballo.
Allí nos esperaba un gran grupo de «guías» con caballos. Te asignan una persona que te acompañará en tu trayecto hasta la cascada Limón.
El camino, para nosotros, en algunas partes era peligroso, con muchas piedras y pendientes pronunciadas. Uno de los caballos le falló una pierna y uno de nosotros cayó.
El susto fue grande y al final no pasó nada muy grave, sólo hubo un rasguño grande en la mano. La verdad es que el caballo no estaba en las mejores condiciones, se le veía bastante débil y muy delgado.
Los acompañantes que van con los caballos son los encargados de cuidarlos, y según nos contaron, lo hacían principalmente con las propinas que recibían.
No creo que sea culpa de los guías, sino de las empresas que organizan el tour. Según los guías, ellos no reciben un salario, sino que dependen principalmente de las propinas que reciben de los visitantes.
Al llegar a la Cascada El Limón, estaba abarrotada de gente y, aunque es bonita, pierde su encanto cuando hay tanta gente. Era todo el grupo que había llegado en los diferentes «camiones».
Durante el camino de regreso, el chico que me acompañaba preguntó varias veces cuánta propina le iba a dar.
Me fui con la idea de que no había ninguna garantía de seguridad y de que podría haber ocurrido algo mucho más grave sin que nadie se hiciera responsable. También nos sentimos incómodos con la insistencia de los guías en pedir propina, y aunque les dimos 15 dólares a cada uno, aún tuvimos que disculparnos por no darles 20 dólares, ya que no llevábamos más dinero en efectivo.
Como el rasguño estaba feo, al volver al hotel fuimos al médico del hotel donde lo revisaron y curaron. Nos costó $200, pero por suerte, el seguro nos devolvió el dinero.
Después, volvimos a coger los caballos y fuimos a comer. Finalmente, fuimos a Cayo Levantado.
Cayo Levantado, también conocida como Isla Bacardí, es una pequeña isla ubicada en la Bahía de Samaná. Se le conoce como Isla Bacardí por una campaña publicitaria realizada por Bacardí en los años 70.
Si deseas ir por libre a la isla, puedes hacerlo desde el embarcadero de Semi Báez en Samaná. El trayecto dura menos de 15 minutos y cuesta alrededor de $30 por persona.
Terminamos el día un poco decepcionados con la excursión y pensamos que no valía la pena. Sin duda, no volveríamos a coger los caballos por aquel camino y, si regresamos a la República Dominicana, dedicaremos días a conocer Samaná sin ir desde Punta Cana.
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