Para ir a las Cataratas del Niágara desde Toronto, contratamos una excursión que nos llevó a ellas y además, hicimos otras paradas en el camino de vuelta.
En esta entrada te contaremos los lugares que visitamos para que puedas saber cómo sería la excursión o para que lo hagas por libre.
Empezamos yendo a las Cataratas del Niágara en autobús desde el centro de Toronto. Tardamos menos de dos horas en llegar.
Una vez allí, subimos al Maid of the Mist. Nos dieron un chubasquero de plástico pero inevitablemente nos mojamos. El barco de Maid of the Mist se acerca mucho a las cataratas y te mojas por la niebla y la espuma que genera la fuerza del agua. El trayecto dura unos 20 minutos.
Es un barco bastante grande y hay bastante gente. En principio, los mejores lugares para verlas son el último piso y es donde hay más gente.
El barco solo opera a partir de abril hasta noviembre.
Después tuvimos tiempo de pasear por Falls Avenue y Clifton Hill, llena de restaurantes, tiendas y atracciones como el Niagara SkyWheel, una gran noria para ver las cataratas a más de 50 metros, el Adventure City Arcade, una sala de juegos y entretenimiento, o Ripley’s Believe It or Not!, un museo de curiosidades.
Además, hay diferentes miradores por la zona para ver las cataratas. Si quieres verlas desde arriba, puedes subir al observatorio de la Torre Skylon.
Luego fuimos a Whirlpool State Park, que se encuentra a menos de 15 minutos en coche.
Whirlpool State Park es un parque conocido por su remolino natural de agua creado por las aguas del río Niágara. Paramos en uno de sus miradores para verlo desde arriba. Hay diferentes caminos para bajar a nivel del río.
También está el Whirlpool Aero Car, un teleférico que cruza el desfiladero del río Niágara.
La siguiente parada fue el Reloj Floral, a unos 15 minutos de Whirlpool State Park. Este reloj de más de 12 metros está lleno de flores que cambian el diseño dos veces al año.
Después de esta corta parada, fuimos a la bodega de Reif Estate Winery, donde hicimos una degustación de vinos.
Por último, paramos en Niagara-on-the-Lake, una pequeña ciudad con mucho encanto. Niagara-on-the-Lake, anteriormente Newark, fue nombrada la capital del Alto Canadá de 1792 a 1797.
El centro estaba muy cuidado, lleno de flores y con tiendas y restaurantes; conserva muchos lugares históricos. Encontramos varios lugares de helado y probamos uno en COWS, que según ellos es el mejor helado de Canadá.
Después de pasear durante un rato por Niagara-on-the-Lake, volvimos al autobús y nos dirigimos de vuelta a Toronto, que aún quedaban dos horas de camino.
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