Ese día nos dirigimos al norte de Bali para visitar algunas de las atracciones más destacadas, que incluyen la Cascada de Nung Nung, el Templo Ulun Danu Beratan y los Twin Lakes.
Comenzamos el día temprano para ir a una de las famosas cascadas de Bali, la cascadas de Nung Nung que tiene un caída de agua de unos 70 metros de altura.
Una vez que llegas, debes descender por unas escaleras que te llevarán hasta la impresionante cascada.
Luego, nos dirigimos a visitar uno de los templos más famosos de Bali, el Templo Ulun Danu Beratan. Desde Ubud, el viaje hasta el templo lleva aproximadamente una hora y media a dos horas en coche, mientras que desde la cascada, son unos 40 minutos de distancia en coche.
Este templo hindú se ubica en el norte de la isla y es conocido como el templo flotante.
Fue construido en honor a la diosa hindú Dewi Danu quien es la deidad asociada con el agua y los lagos. Esta adoración se debe a que el agua tiene un papel clave en el éxito de la agricultura en la isla de Bali.
El templo se encuentra en el lago Bratan, rodeado de montañas, creando un entorno verdaderamente bonito.
Una vez en el templo, aunque se trata de un templo hindú, encontramos a muchos musulmanes y nos dijeron que venían de la isla de Java y que este templo era muy popular para ellos. Además, coincidió con el final del Ramadán.
Es importante recordar que Indonesia es mayoritariamente musulmana, pero Bali es una excepción, ya que la mayoría de su población practica el hinduismo balinés, que es una forma única y diferente de hinduismo.
Algunas personas combinan su visita a este templo con una parada en la localidad de Lovina, donde pasan algunas noches. Sin embargo, decidimos utilizar Ubud como nuestra base durante unos días, evitando así tener que cambiar de hotel con frecuencia.
Visitamos el templo y su entorno, y luego nos dirigimos al mirador de los Twin Lakes, que se encontraba a menos de 20 minutos del templo.
Los Twin Lakes son dos lagos, el lago Buyan y el lago Tamblingan, donde existe la posibilidad de hacer trekking alrededor de los lagos. Una de las opciones que consideramos fue realizar una caminata por la selva, pero el cielo se estaba nublando mucho en esa área, por lo que decidimos no arriesgarnos.
Por lo tanto, decidimos dirigirnos directamente al Templo Tanah Lot, haciendo antes una parada para almorzar, ya que teníamos aproximadamente una hora y media de trayecto por delante.
El Templo Tanah Lot, significa tierra en el mar y es un templo hindú que se encuentra en una pequeña isla frente la costa.
Durante la marea baja se puede llegar hasta él mientras que con marea alta esta rodeado de agua. Cuando llegamos, por la tarde, había marea baja por lo que pudimos llegar hasta él.
Se cree que en la base del templo hay serpientes guardianas. En frente del templo, hay una cueva donde se encuentra una serpiente, y por una propina, los visitantes pueden tocarla, lo que se considera un gesto que atrae buena fortuna.
Además, en una cueva ubicada debajo del templo, realizan una bendición con agua y arroz a cambio de una donación. Sin embargo, aunque pueda parecerlo, esto no es para entrar al templo en sí, sino para subir unos pocos escalones donde no se puede ver demasiado. Puede resultar un poco engañoso.
Aun así, el templo y su entorno son realmente bonitos y diferentes de lo que habíamos visto hasta ese momento. Es un lugar perfecto para disfrutar de la puesta de sol, aunque nosotros no nos quedamos.
Regresamos a Ubud para visitar un restaurante que nos habían recomendado, el Sweet Orange Warung, situado en medio de los campos de arroz. Para llegar allí, cogimos un camino desde el centro de Ubud y caminamos alrededor de 10 minutos entre los campos de arroz.
Como mencioné en entradas anteriores, en Bali se disfruta de una excelente comida a precios muy buenos. Además, muchos de estos lugares se ubican en entornos verdaderamente impresionantes.
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