Empezamos el día dirigiéndonos al Castillo de Nijo desde la estación de Kioto. Optamos por tomar el autobús número 9, que nos llevó directamente hasta la entrada del castillo.
Otra opción es utilizar el autobús número 5 o coger la línea de metro Karasuma, bajar en la estación Marutamachi y caminar durante unos 10 minutos hasta llegar al castillo.
El Castillo de Nijo fue construido en 1603 como residencia del primer shogun de la era Edo. A partir de 1867, sirvió como palacio imperial antes de abrir sus puertas al público. En la actualidad, se pueden explorar sus salones, pasillos y jardines, sumergiéndose en su rica historia y su arquitectura.
Después de visitar al castillo, decidimos coger el autobús nuevamente para llegar al Templo Kinkaku-ji. Esta vez, cogimos el número 12 y el trayecto nos llevó alrededor de media hora hasta llegar a la parada de Kinkaku-ji.
El Templo Kinkaku-ji, también conocido como el Pabellón Dorado, es uno de los lugares más fotografiados en Kioto. Su impresionante arquitectura dorada y los bonitos jardines que lo rodean lo convierten en un lugar verdaderamente encantador (pero lleno de gente 😉 )
El Templo Kinkaku-ji, conocido como el Pabellón Dorado, es uno de los lugares más icónicos en Kioto.
Si quieres ir directamente hasta el templo Kinkaku-ji, desde la estación de Kioto, puedes coger el autobús número 205, y te llevará aproximadamente entre 40 y 45 minutos.
Tras salir de Kinkaku-ji, nos dirigimos al Templo Ryoan-ji, ubicado a unos 15 minutos a pie. Este templo es famoso por su jardín de rocas zen. En él, sobre su arena blanca, se encuentran estratégicamente colocadas 15 rocas. Lo curioso es que nunca se pueden ver todas las rocas al mismo tiempo.
Terminamos el día en la zona de Pontocho con sus estrechas y pintorescas calles que crean un auténtico ambiente japonés con muchos restaurantes y bares. Allí encontramos sus conocidas tabernas japonesas, conocidas como izakayas.
Situado junto al río Kamogawa, varios de los restaurantes en Pontocho ofrecen vistas al río.
Disfrutamos de una cena en una de las terrazas con vistas panorámicas al río, donde todo estaba iluminado por bonitos faroles de papel.
Kioto: Día 1 – Kiyomizu-dera, Sannenzaka, Ninen-zaka, Gion
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